I.E.P. SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

martes, 31 de marzo de 2009

los recursos naturales

los recursos naturales deben ser protegidos por todo ser humano para asi evitar su extinción. Cuidemos el planeta

viernes, 27 de marzo de 2009

Santo Domingo de Guzman




Misión: desarrollar como nuestro padre Santo Domingo de Guzman el anhelo de dar un atentico servicio de santifificaciòn y evangelizacion.
Santo Domingo de Guzman


Fundador de la Orden de Predicadores. Nació en Caleruega (España) en 1170, en el seno de una familia profundamente creyente. Domingo Significa "consagrado al Señor". Sus padres fueron, Félix de Guzmán y Juana de Aza, parientes de reyes castellanos; tuvo dos hermanos, Antonio y Manés. Antonio estudió para sacerdote y dedicó su vida al servicio de los pobres y de los enfermos en un hospital. Manés siguió las huellas de su hermano, vistió el hábito dominico y se dedicó a la predicación de la Palabra. De los siete a los catorce años (1177-1184) bajo la preceptoría de su tío Gonzalo de Aza, arcipreste en Gumiel de Izán, recibió esmerada formación moral y cultural. En este tiempo despertó su vocación hacia el estado eclesiástico.De los catorce a los veinte (1184-1190) vivió en Palencia estudiando gramática, dialéctica y retórica (el trivio) y aritmética, música, geometría y astronomía (el cuadrivio). En un rasgo de caridad heroica vende sus libros para aliviar a los pobres del hambre que asolaba España. Afirmó:"No quiero estudiar en pieles muertas mientras mis hermanos se mueren de hambre".En 1190 inició el estudio de la teología en la Universidad de Palencia. Recibida la tonsura, se hizo Canónigo Regular de la Catedral de Osma.Al concluir la Teología en 1194, se ordenó sacerdote y es nombrado Regente de la Cátedra de Sagrada Escritura en la Universidad de Palencia. Al finalizar los cursos de docencia y Magisterio universitario, con veintiocho años de edad, se recogió en su Cabildo, en el que por sus relevantes cualidades intelectuales y morales, el Obispo le encomienda la presidencia de la comunidad de canónigos y el gobierno de la diócesis como Vicario General.En 1205, por encargo del Rey Alfonso VIII de Castilla, acompaña al Obispo de Osma, Diego de Acevedo como embajador extraordinario para concertar en la corte danesa las bodas del príncipe Fernando. Con este motivo, tuvo que hacer nuevos viajes, acompañando al obispo Diego a Dinamarca y a Roma. Estos acontecimientos clarificaron su antigua vocación misionera. En sus idas y venidas a Francia conoció los estragos que producía la herejía albigense. Sus armas para convertir a los herejes eran la oración, la penitencia y muchas horas dedicadas a dialogar y a instruir a los ignorantes en religión. Cuando algunos católicos trataban de acabar a los herejes por medio de armas o de atemorizarlos, les dijo: "Es inútil tratar de convertir a la gente con la violencia; la oración tiene más poder que todas las armas guerreras; con la humildad se ganan los corazones". De acuerdo con el Papa Inocencio III, en 1206, al terminar las embajadas, se estableció en el Languedoc como predicador de la verdad entre los cátaros. Rehusa los obispados de Conserans, Beziers y Comminges, para los que había sido elegido canónicamente. Para remediar los males que la ignorancia religiosa producía en la sociedad, en 1215 establece en Toulouse la primera casa de su Orden de Predicadores, cedida a Domingo por Pedro Sella.En setiembre del mismo año, llega de nuevo a Roma en segundo viaje, con Fulco, Obispo de Toulouse, para asistir al Concilio de Letrán y solicitar al Papa la aprobación de su Orden, como organización religiosa de Canónigos regulares.De regreso de Roma elige con sus compañeros la Regla de San Agustín para su Orden y en septiembre de 1216, vuelve en tercer viaje a Roma, llevando consigo la Regla de San Agustín y un primer proyecto de Constituciones para su Orden. El Papa dudaba de conceder el permiso para una nueva familia religiosa; pero en sueños vio que el edificio de la Iglesia estaba ladeándose y en peligro de desplomarse y que venían dos hombres a levantarla, Domingo de Guzmán y Francisco de Asis; después esa visión el Papa no tuvo dudas de aprobar la Orden de Predicadores.El 22 de Diciembre de 1216 el Papa Honorio III por la Bula "Religiosam Vitam" confirma la Orden de Frailes Predicadores. Al año siguiente retorna a Francia y el 15 de Agosto, fiesta de la Asunción de María dispersa a sus frailes, enviando cuatro a España y tres a París, para "predicar, estudiar y fundar conventos", él decide marchar a Roma. Allí se manifiesta su poder taumatúrgico con numerosos milagros y se acrecienta de modo extraordinario el número de sus frailes. Meses después enviará los primeros Frailes a Bolonia. En 1218 Domingo vuelve a España donde visita Segovia, Madrid y Guadalajara.Por mandato del Papa Honorio III en un quinto viaje a Roma, reúne en el convento de San Sixto a las monjas dispersas por los distintos monasterios de Roma, para obtener para los Frailes el convento y la Iglesia de Santa Sabina.Domingo era el hombre de la alegría, la gente le veía siempre con un rostro sereno, gozoso y amable. De Él decían: "De día nadie más comunicativo y alegre y de noche nadie más dedicado a la oración y a la meditación". Ocurrió que orando Domingo se le aparecieron san Pedro y san Pablo, presentándole el primero el báculo y el segundo un libro y diciéndole: "ve y predica que esa es tu misión". Entonces vio a sus frailes dispersarse de dos en dos. Desde entonces llevó siempre consigo el Evangelio de San Mateo y las epístolas de san Pablo, los cuales sabía de memoria. Caminaba con un bastón en la mano. Primero contemplar y después enseñar, esta era una norma en su vida, por eso pasaba largas horas ante el Santísimo Sacramento y mediando la Palabra para predicar con el mayor entusiasmo posible. Predicar siempre y en todas partes a tiempo y a destiempo según el lenguaje paulino. Nuestro santo dominó su cuerpo con penitencias y mortificaciones para unirse al sacrificio redentor de Jesucristo. Cada año vivía varias cuaresmas, es decir ayunaba temporadas de 40 días a pan y agua; soportó terribles insultos de los herejes sin responder ni una sola palabra, siempre se mantenía sereno y con el rostro afable. Ofrecía estas pruebas, seguro de que en la próxima predicación habría frutos abundantes. Se dice de él que "sólo hablaba de Dios a los hombres y con los hombres de Dios". Jamás escribió un libro, pero estudió todos los días de su vida en el libro de la caridad y de la compasión. Las noches enteras que pasaba en oración, rogaba a Dios por los hombres especialmente por los más alejados de Dios. Era constante su cuestionamiento hasta las lágrimas: "¿qué será de los pobres pecadores?" En la fiesta de Pentecostés de 1220 asiste al primer Capítulo General de la Orden celebrado en Bolonia. En él se redactan la segunda parte de las Constituciones. Un año después, en el siguiente Capítulo celebrado también en Bolonia, se acuerda la creación de ocho Provincias. Con su Orden perfectamente estructurada con más de sesenta comunidades en funcionamiento, agotado fisicamente, tras breve enfermedad, murió el 6 de agosto de 1221. Dice a sus hermanos:"no lloréis; yo seré para vosotros más útil y provechoso después de la muerte que en vida". En el convento de Bolonia, permanecen sus restos. El Papa Gregorio IX en 1234 al proclamar el decreto de su canonización afirmó: "de la santidad de este hombre estoy tan seguro, como de la santidad de San Pedro y San Pablo".